La Partida

El comienzo del viaje se dio y se sintio el cambio de aire desde que subimos al ferry...

Para salir de Margarita las opciones son en avión a diferentes destinos. En ferry a Puerto La Cruz o Cumaná. Y en lancha o tapaítos como les llaman, que son como unos peñeros grandes con techo y ventanas, bastantes intrepidos, para la aventura, estos ultimos con destino a Chacopata en el estado Sucre.

En esta ocasión fuimos en ferry, en el tradicional y no la pasamos tan mal como podría pensarse.

Es económico y uno puede llevarse su chinchorro o hamaka y colgarla en unos sitios que tienen para eso o quedarse sentados en unas modestas butacas.

Lo recomendable es tomarlo eso si en la noche o bien temprano en la mañana ya que demora unas cuatro o cinco horas en hacer el recorrido y con el calor es mejor hacer el trayecto en horas mas frescas, ya que carece de aire acondicionado, lo positivo es que tiene una cubierta y unos pasillos laterales por donde uno puede caminar o sentarse a ver el paisaje, que si es la hora adecuada se puede apreciar un excelente atardecer o un bello amanecer...

Imperdible al llegar a Puerto la Cruz, es el Bulevar de las Empanadas, frente al terminal del ferry, esquivando a todos los taxistas que lo acosan a uno ni bien sales del terminal.

En este bulevar te puedes comer unas sabrosas empanadas con la novedad de que las puedes aderezar casi como un perro caliente con un amplio surtido de salsas que son prácticamente una ñapa del relleno... una delicia, jeje!

De ahí como ibamos a Barquisimeto, decidimos salir por la empresa de buses que esta al lado del terminal llamada Aeroexpresos Ejecutivos los cuales van a distintos destinos del pais, llegando y saliendo desde su propio terminal. Es un poco mas caro que los buses convencionales pero es una opción, vamos a decir, mas cómoda...

Lo que si como en casi todos los buses, una recomendación, sobre todo si viajan de noche: lleven abrigo, mucho abrigo, o una manta o una bolsa de dormir. En la foto no es un ninja de la revolución, soy yo pasando frió por el aire que mas que acondicionado esta para congelar a la gente. No se si creerán que somos ganado beneficiado o si es costumbre lo que si se es que esa noche no pude casi dormir por el frío que pase en ese autobús. A veces viajando de dia el frio no se siente tanto pero a la noche, es mortal!

Pero ya aprendí, desde esa vez me llevo mi bolsa de dormir arriba del bus. Y nadie te mira raro, es mas, van a ver a mucha gente con sus mantas bien acolchadas... jeje! De locura!